SIN SEPTIEMBRE Y SIN PARACAÍDAS

Recuerdo, no por nostalgia sino porque me hacen comparar con preocupante frecuencia las anécdotas de mis alumnos, que SUSPENDER era algo gordo. Si no llegabas al cinco te preocupabas; tenías claro, fanfarronadas aparte, que estabas en problemas. CATEABAS, ergo CONSECUENCIAS. Así, con mayúsculas todo. La sensación ahora es otra: está tan normalizado que cuentan con ello. Eres parte del grupo de clase si te quedan al menos 2 o 3. Así, en minúsculas, que no pasa nada. Niente.

Motivos, como en cualquier tema serio, hay para todos los gustos. Aun así, hubo un claro punto de inflexión cuando algún genio burocrático, desde la comodidad de su despacho y completamente desconectado de lo que viene siendo un aula, se dio cuenta de que tenía que justificar su puesto y sueldo haciendo algo y probó con un experimento que ya había salido mal en otras comunidades: mover las recuperaciones de septiembre a junio. Es decir, antes vagueabas, no aprobabas todo y tenías asumido que tu estío iba a incluir las sesiones de repaso que te habías ahorrado cuando hacía fresco mientras tus amigos están a remojo en la piscina. Curiosamente, luego alguno admitía a escondidas y en voz baja que le había venido bien para empezar el siguiente año preparado y en forma, como una pretemporada bien hecha. Más de uno incluso hacía algún esfuerzo extra a última hora para quedar libre y poder ir a la playa sin apuntes, que no es el modus operandi ideal pero al menos implica algo de esfuerzo y gestión de recursos.

Ahora…. ¡Ahora mucho mejor! Suspendes, te hacen un examen parecido una semana después (como si lo que no has visto en todo el curso lo fueses a apañar en 3 o 4 días) y, saques lo que saques… ¡Libre todo el verano! Puedes acabar cualquier ciclo de la E.S.O. sin saber escribir 3 palabras seguidas ni dividir, pasas de curso sin problema y si te han quedado varias no te preocupes que ya veremos qué se le puede hacer más adelante. Repetir no, porque si media clase lleva varias suspendidas no hay hueco para hacer todo un grupo nuevo únicamente con rebotados y tampoco vamos a frenar su progresión ni nada parecido. Aunque no sepan leer. 

Un gran amigo mío da clases de universidad y no hay ocasión que no coincidamos que no lo diga: “Cada vez me llegan peor a clase”. Los últimos cambios significativos implementados han sido no tener que aprobar todo para acabar el bachillerato y que el examen de acceso a la universidad, con la excusa del covid (años después), parece un menú a la carta donde elige el examinado buena parte de las preguntas (esto para las estadísticas va de lujo, el nivel no sé, pero las notas medias han subido como… ¿como si pudiesen elegir las preguntas?). En fin: si no funciona, pero no sabes lo qué haces, no toques y pregunta a quien sí le importa el tema. 


Por Carlos A. Bustos

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